Disciplina Positiva

“Me llamo Júlia y tengo tres años. Me gusta jugar con los coches de mi hermano, ir al parque y leer cuentos con mis padres antes de irme a dormir. Me enfado a menudo si me quitan mis juguetes favoritos y cuando eso pasa me cuesta entender lo que siento. Me angustio y necesito que me ayuden con mucho amor a gestionarme y a tranquilizarme.”

¿Qué sentís al leer las palabras de Júlia? ¿Os resultan familiares?

A menudo olvidamos lo que fue ser niños, cómo nos sentíamos y lo difícil que era manejarnos y crecer en un mundo creado por y para los adultos. Los niños se sienten perdidos, con infinidad de cosas nuevas con las que lidiar en su día a día y con el único apoyo y ejemplo de sus padres o cuidadores.

Hoy me gustaría hablar de cómo ayudar a los más pequeños a reconocer y gestionar los sentimientos basándome en la disciplina positiva. Para ello, a continuación, encontrarás 5 herramientas básicas que se deben adaptar a la edad y desarrollo de cada niño para que sean efectivas.

1. Dibújala: Invita al niño/a a dibujar en un papel la imagen de lo que está sintiendo. Permítele que lo haga con total libertad y dejándole el tiempo que necesite. Una vez terminado puedes hablar con él/ella preguntándole si tiene color, si tiene sonido, si cree que esa imagen está en alguna parte de su cuerpo, etc.

2. Hablar: Cuando veas que el niño/a está más tranquilo/a resulta de mucha ayuda ponerle palabras a lo que está sintiendo. Si es muy pequeño y le falta vocabulario, puedes preguntarle ¿te han herido y por eso quieres hacerme daño?, ¿te sientes enfadado?,… De esta manera el pequeño sólo tiene que responder sí o no, y va comprendiendo lo que le pasa y cómo reacciona.

3. Caras: Cread juntos una tabla de caras que representen los sentimientos y utilízala preguntándole: ¿Alguna de estas caras refleja cómo te sientes? Si la identifica, ponle nombre (rabia, miedo, tristeza…) y háblale sobre ella. Puedes decirle que tú también la sientes ayudándole a entender que es normal lo que le pasa y haciendo que se sienta comprendido/a y respetado/a.

4. Respiración: Puedes enseñarle una técnica de respiración lenta y concentrada. Es muy útil, ya que puede utilizarla en cualquier momento y en cualquier lugar. Podéis practicarla juntos contando lentamente hasta cuatro cada vez que inspiráis o expiráis. 

5. Opciones para el enfado: Podéis crear juntos una rueda de opciones para el enfado, así podrá elegir una opción de la rueda cuando sienta rabia y expresarla de manera no destructiva. Por ejemplo: aplastar plastilina, explicar sentimientos, dibujar sentimientos, ir a un lugar de la casa que le resulte agradable y respirar, abrazar a su muñeco favorito, pedir un abrazo a los padres, etc.

Para acercarnos a los más pequeños son imprescindibles los siguientes puntos:

• • Pensar que no lo hacen para fastidiarte
• • Empatizar con lo que están sintiendo
• • Hablarles desde su misma altura donde sus ojos entren en contacto con los tuyos
• • Mantenerte tranquilo/a y hablarles con amor y aceptación
• • Respetarle, respetarte y respetar la situación (puede que en algún momento sea necesario coger al niño/a y apartarse del lugar donde estáis para seguir atendiéndole)

Es importante destacar que la rabia no es la única emoción que deben aprender a gestionar. Por tanto, practicando la escucha activa, empatizando con lo que están viviendo y aplicando alguna de estas herramientas podrás ayudarles con los celos, miedos, la tristeza y todos los sentimientos que puedan ir experimentando a medida que van creciendo.

Si sientes que necesitas asesoramiento para afrontar los distintos restos del día a día con tus hijos/as o quieres iniciar un proceso terapéutico, no dudes en contactar con nosotros. En G.A.P. encontrarás profesionales comprometidos, conscientes y humanos. En el siguiente vídeo la Psicóloga Lorena Alías Galeote nos explica algunas técnicas iniciales de Disciplina Positiva Familiar.