Depresión, ansiedad y aislamiento.

Las redes sociales se han convertido en uno de los medios de comunicación y entretenimiento más populares de nuestra generación. La evolución de estas plataformas ha hecho posible tener acceso a noticias en tiempo real, recetas de cocina, vídeos de cabritas que usan pijama, las ocho mil versiones de Draw my life y un largo etcétera. Se podría pensar que en las redes sociales todo es felicidad y diversión, sin embargo, existe también un trasfondo un tanto turbio del que poco se había hablado hasta ahora, y es que algunos eventos de manejo indebido de información y las noticias acerca de una posible manipulación sistemática de los usuarios de estas plataformas, han provocado una avalancha de críticas sin precedentes desde diferentes sectores de la población. La polémica internacional desatada por estos sucesos también ha conseguido visibilizar los aspectos negativos y potencialmente peligrosos que pueden estar asociados a las redes sociales, a pesar de que muchos de estos fenómenos ya se habían estado señalando con preocupación desde hace varios años.

La revolución digital producida por las redes sociales ha sido relativamente rápida y lo que comenzó como un proyecto estudiantil, se ha convertido en una de las empresas más poderosas y lucrativas del mundo. Debido a la rápida evolución del mundo digital, ha sido difícil dimensionar el impacto que estas tecnologías pueden estar teniendo en la vida cotidiana de los usuarios. Es innegable el hecho de que las redes sociales han transformado drásticamente el mundo de la comunicación, las redes sociales se han convertido en una popular herramienta que posibilita la interacción humana de forma económica, rápida y sencilla. 

En los últimos años, diferentes sucesos han confirmado que la apariencia inofensiva de las redes sociales no es del todo cierta, ya que cada vez son más las actividades humanas que han sido alcanzadas por estas plataformas y en muchos casos los efectos no han sido positivos. La salud mental de los usuarios es un terreno en el que se ha observado este fenómeno; gracias a diversos estudios e investigaciones actualmente se tiene evidencia de que la interacción social a la que se accede a través de estos medios digitales tiene un impacto significativo en la vida emocional y cognitiva de las personas y, de hecho, puede estar directamente relacionada con el desarrollo de algunos trastornos psicológicos.

Los niños y adolescentes constituyen la población más vulnerable ante los efectos negativos de las redes sociales, sin embargo, los adultos también pueden llegar a experimentar situaciones en las que el bienestar emocional se ve comprometido y deteriorado como consecuencia de un uso inapropiado y/o excesivo de estos sitios web. En noviembre de 2016, la revista especializada Journal of adolescent health (Reino Unido) publicó los resultados de una investigación realizada con 264 adultos jóvenes. En este artículo se describe que Facebook es una red social en la que frecuentemente se tienen experiencias desagradables (insultos, ciberbullying, mensajes inapropiados, ciberacoso, etc.). Los autores de este estudio encontraron que las personas que llegan a tener alguna de estas experiencias negativas son más propensas a presentar sintomatología depresiva.

En otro estudio publicado por la American Psychiatric Association se encontró que los adultos jóvenes que pasan más tiempo haciendo uso de las redes sociales, tienen hasta 3 veces más riesgo de padecer algún cuadro de depresión y /o ansiedad, así como sentimientos de inadecuación, soledad y una percepción negativa de la imagen corporal propia. Un último ejemplo de los efectos negativos que pueden estar asociados al uso de redes sociales se puede encontrar en una publicación de mayo de 2017, en la que la Royal Society for Public Health (Reino Unido) destacó que Instagram parece ser la red social que produce mayores agravios a la salud mental de sus usuarios, seguida por Snapchat, Facebook, Twitter y YouTube. Los autores de estos estudios coinciden al explicar que las redes sociales exponen a las personas a ser objeto de insultos y valoraciones negativas que pueden deteriorar la autoestima. En estas publicaciones también se menciona que para los adultos jóvenes y adolescentes, las redes sociales pueden convertirse en una fuente de estrés, ya que en muchos casos los usuarios invierten una cantidad significativa de su energía y recursos para que sus publicaciones obtengan una valoración positiva por parte de la comunidad con la que interactúan. Los sentimientos de depresión pueden aparecer cuando los usuarios perciben que su estilo de vida no es similar al de otros usuarios que frecuentemente publican fotos de los viajes que realizan, los restaurantes a los que acuden o la ropa que visten.

También se ha observado que las personas que invierten más tiempo haciendo uso de estos medios digitales muestran una mayor tendencia a aislarse de su entorno social, con lo cual sus relaciones interpersonales se ven deterioradas y esto potencializa los sentimientos de soledad e inseguridad. Las redes sociales pueden ser una herramienta útil y pueden ofrecer innumerables oportunidades de comunicación, siempre que se utilicen con moderación y tomando las precauciones necesarias para evitar que nuestro bienestar emocional se vea afectado.