Volver a la escuela y al instituto en la nueva normalidad

La reapertura de los colegios en el contexto de la nueva normalidad representará un reto importante para la sociedad en su conjunto. Desde hace ya varias semanas, desde instancias oficiales, se ha estado trabajando para evaluar los diferentes escenarios a los que se podría enfrentar la comunidad escolar a partir del próximo inicio de curso. La incorporación de nuevas medidas de seguridad y protocolos de distanciamiento social harán que, inevitablemente, el inicio del colegio en este año sea un evento que quede grabado en la memoria de esta generación.

En este artículo exponemos 5 puntos a considerar para aligerar el impacto inicial que la vuelta al colegio pueda provocar en infantes y adolescentes, ya que este año será necesario hacer un trabajo previo para preparar a los más jóvenes y ofrecerles recursos prácticos para que afronten esta situación de la mejor forma posible.

1. El colegio no será el mismo de antes. A pesar de que la mayoría de los estudiantes volverán a los mismos colegios, es importante trabajar con ellos el hecho de que el colegio no será el mismo que ellos recuerdan de la normalidad previa al confinamiento y el estado de emergencia sanitaria. Es sumamente importante que antes del inicio del curso los niños y adolescentes tengan conocimiento de todas las medidas preventivas que se implementarán con sus profesores y compañeros. La comunicación con los profesionales de la educación será crucial también; mantener un canal de comunicación con los docentes hará que los estudiantes perciban un entorno coordinado en el que encuentren coherencia entre las pautas que establezcan en el entorno escolar y las recomendaciones y guía que se establezcan en casa.

2. Apertura al cambio. Los colegios se encuentras desde hace varias semanas elaborando los nuevos protocolos que incorporarán en sus actividades a partir de este mes de septiembre. A pesar de ello, será inevitable que en algún momento aparezcan contingencias que no se han contemplado o situaciones que no saldrán de acuerdo al plan. Para las familias será importante considerar que los equipos docentes están haciendo un esfuerzo considerable al elaborar estas guías para un escenario del cual nuestra generación no tiene precedentes y que por lo tanto es complicado tener certeza absoluta de los métodos más efectivos. Cada colegio está preparando estas medidas de acuerdo a la situación de cada uno y se debe considerar que en algún momento habrá eventualidades extraordinarias (dado que la situación en totalidad es extraordinaria). Para las familias será necesario aceptar y gestionar de forma asertiva estas situaciones y tener presente en todo momento que el bienestar de nuestra comunidad será la prioridad en todo momento.

3. Validar las emociones. Los cambios durante el regreso a clases serán inevitables y esta situación de incertidumbre y las nuevas reglas pueden resultar complicadas de gestionar para algunos niños y adolescentes. Ante estos cambios es normal experimentar sentimientos de frustración, temor e incluso enfado al estar en un ambiente distinto que en ocasiones tendrá más reglas de las que solía haber antes. Cuando estas emociones aparezcan es importante identificarlas, validarlas y gestionarlas de forma adaptativa. Para los niños y adolescentes puede resultar perjudicial si estas emociones, en lugar de ser aceptadas, son castigadas y reprimidas, ya que para ellos este recibimiento negativo será vivido como una carga más que tendrán que llevar. Resultará mucho más conveniente el hacerles saber con anticipación que existe la posibilidad de que en algún momento la vuelta al colegio les resulte estresante y que puedan sentirse frustrados o enfadados. Para ellos será reconfortante saber que, si esto ocurre, sus expresiones emocionales serán recibidas con naturalidad y dispondrán de ayuda para gestionar estas emociones. Los colegios también están tomando este punto en cuenta para ayudar a niños y adolescentes pasar por esta etapa con acompañamiento y recursos de inteligencia emocional.

4. Retoma la rutina con antelación y de forma progresiva. Hazles saber a tus hijos que el regreso al colegio se aproxima y que será necesario retomar la rutina. Después de las vacaciones y las semanas relajadas que han tenido en el verano puede resultar pesado el volver a una rutina estable de un día para otro. Es más recomendable que las familias en su totalidad comiencen a retomar la rutina escolar de forma gradual y progresiva desde incluso antes de volver al colegio. Volver con los hábitos de dormir y despertar, las horas de las comidas, los momentos para descansar e incluso se recomienda que se vayan trabajando con algunos deberes sencillos que les sirvan para irse reincorporando a las actividades y hábitos académicos. Prepara con ellos el material escolar que van a utilizar, los libros, organiza pequeños entrenamientos para que ellos practiquen el uso de las herramientas digitales que estarán utilizando para sus clases y motívalos para que afronten esta nueva etapa con entusiasmo y precaución y no con temor y desconfianza. 

5. Mantente alerta. Aun con todas las medidas de prevención y los protocolos que se están implementando, debemos trabajar con la hipótesis de que habrá casos que lleguen a complicarse por una u otras razones. Es importante que las familias se mantengan alerta de las señales que podrían señalar la incipiente presencia de dificultades emocionales en niños y adolescentes. La identificación temprana de estas dificultades mejorará abismalmente el pronóstico para intervenir y resolver estas situaciones de forma eficaz, breve y oportuna. Los déficits de memoria y concentración, la baja tolerancia a la frustración, un estado de ánimo irritable, las dificultades para dormir, cambios en los patrones de alimentación, las actitudes oposicionistas, el aislamiento y otros síntomas más complejos como la onicofagia (morderse las uñas), suelen ser los primeros indicadores que nos pueden alertar sobre la posible presencia de dificultades emocionales en los menores. Si notas que tus hijos presentan algunas de estas señales es importante que lo consultes cuanto antes con algún profesional experto en crianza y desarrollo psicológico. Muchas de estas situaciones pueden solucionarse con relativa facilidad cuando son identificadas a tiempo y muchas veces ni siquiera es necesario que los menores acudan a hacer sesiones de psicoterapia, ya que un par de sesiones de asesoramiento con los padres y madres puede ser más que suficiente para gestionar estas situaciones y asegurar que los niños y adolescentes afronten con éxito esta nueva etapa que, sin duda, será un reto que les hará desarrollar y fortalecer sus recursos personales.