Desde el nacimiento, los bebes se van preparando para la adquisición de aquello que les permitirá relacionarse con el mundo, el lenguaje.

A menudo creemos que para comunicarse hacen falta palabras, pero las bases de la comunicación empiezan mucho antes. Los lloros, sonrisas, miradas, gestos y vocalizaciones son las herramientas que tienen los bebes para comunicarse con los adultos y sus respuestas a las interacciones que los adultos hacen con ellos.

Antes de producir palabras se producen cambios en las habilidades perceptivas de los sonidos del habla en los bebes, es decir, comienzan a discriminar los diferentes sonidos del habla. De la misma manera, sus producciones van cambiando desde las vocalizaciones reflejas (sonidos emitidos por el bebe sin ningún sentido) hasta el balbuceo.

Este periodo en el que las producciones van cambiando hasta que aparecen las primeras palabras se llama “periodo pre – lingüístico” y en el encontramos:

• • Menos de 1,5 meses: Vocalizaciones reflejas, sonidos y lloro. Es el primer uso del aire como productor de sonido.
• • Entre 1,5 y 4 meses: Sonrisas. Muestras de felicidad ante situaciones agradables. Aparecen cambios de ritmo y entonación en sus producciones.
• • De 4 a 7 meses: Juegos vocálicos. Oclusiones y fricciones. Empiezan con los “ajos” y sonidos similares a gárgaras.
• • Entre 6 y 10 meses: Balbuceo reduplicado. Hacen cadenas de silabas consonante + vocal que se repiten (TA-TA-TA-TA-TA).
• • De los 10 a los 14 meses: Balbuceo no reduplicado. Producciones más complejas con cadenas de consonantes.
• • Entre los 12 y 14 meses: Transición entre el balbuceo y las primeras palabras.

Tras este periodo entramos en una etapa que es puramente lingüística. Desde que aparecen las primeras palabras, aproximadamente al año, hasta los 18 meses, la producción de palabras resulta inconsistente y muchos sonidos/palabras son efímeros. En estos primeros meses las producciones tienen una estructura silábica simple en la que se utilizan casi siempre los mismos sonidos:

Estructuras silábicas

Las primeras palabras que producen los niños suelen tener las siguientes estructuras

• • Consonante + Vocal → má=mas, no, pa=pan
• • Vocal + Consonante + Vocal → api = lápiz, ota = pelota
• • Consonante + Vocal + Consonante + Vocal → mama, caca

Las consonantes usadas más frecuentemente son /p/, /b/ y /m/

Desde los 18 meses, aproximadamente, hasta los 4 años entramos en una fase donde los sonidos del habla y las estructuras silábicas se expanden. Al expandirse estas estructuras nos encontramos con la presencia de procesos de simplificación de la palabra, lo que da lugar a producciones incorrectas de las palabras. Estos procesos de simplificación irán desapareciendo sobre los 4 años.

Procesos de simplificación

Pueden producirse a nivel de palabra (cambiando su estructura: omisión silabas, cambio de lugar de silabas…), a nivel de silaba (simplificando su estructura: omisión consonantes…) o a nivel de fonema/sonidos (sustituciones de sonido). Ejemplos:

• • Simplificación estructura sílaba → “tota” por “torta”
• • Asimilaciones → “zatato” por “zapato”
• • Sustitutorios → “zi” por “si”

Al final de esta etapa el niño produce una gran variedad de fonemas, aunque la adquisición de algunos sonidos no se consigue hasta los 6 – 7 años.

Alrededor de los 7 años se da la culminación del repertorio fonético, es decir, el niño habla correctamente, a excepción de algunos sonidos problemáticos (como podría ser /rr/) y la producción de palabras largas.

Posibles problemáticas 

Si observamos que nuestro hijo tiene dificultades para pronunciar correctamente algún sonido que para su edad ya debería estar adquirido, o que realiza procesos de simplificación de manera continua sin una evolución y no adecuados a su edad, hay que acudir a un profesional. En este caso a un logopeda que pueda evaluar las dificultades que presenta y establecer cuáles son las posibles causas y como abordar las dificultades para conseguir solventarlas.