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5 estrategias para fortalecer el autoconcepto en infantes

Fernando López
07-01-2020 00:00
5 estrategias para fortalecer el autoconcepto en infantes

Durante el desarrollo infantil existe una etapa entre los 6 y los 8 años de edad en la que los niños y las niñas comienzan a ser más conscientes de los eventos que ocurren a su alrededor y de lo que ocurre dentro de ellos mismos también. Es en esta etapa cuando se comienzan a consolidar algunas creencias que se mantendrán relativamente estables y es también cuando se observa que los infantes alcanzan a tener capacidad suficiente para elaborar sus propias opiniones sobre los eventos que ven y sobre las cosas que escuchan.

La imagen corporal es uno de los terrenos que comienzan a ser más relevantes para los infantes. El punto de desarrollo cognitivo que han alcanzado en este periodo les permite evaluar los aspectos de su propia imagen y juzgar si algo de lo que perciben les agrada o no.

La autopercepción corporal es un concepto acuñado en psicología para hacer referencia a los juicios de valor que tenemos sobre nuestro propio cuerpo, se refiere además a todos los pensamientos e ideas que vienen a nuestra mente cuando nos miramos en el espejo o cuando observamos una fotografía de nosotros mismos.

Algunas veces esta percepción puede ser positiva y nos permite aceptar y sentirnos cómodos con las características físicas que nuestro cuerpo posee, como nuestra estatura, nuestro peso, el color de nuestra piel, etc. En otros casos, la percepción que se tiene sobre la imagen personal puede ser negativa y generalmente es acompañada por sentimientos de inseguridad, insatisfacción, vergüenza y ansiedad.  Una valoración negativa de nuestra apariencia puede ser el resultado de percibir que nuestras características físicas no son suficientemente apreciadas por las personas a nuestro alrededor.

¿Cómo se desarrolla la autopercepción corporal?

La forma en la que los niños y niñas desarrollan una percepción positiva o negativa sobre su propia apariencia puede ser influenciada por diversos factores.  En esta etapa los infantes son capaces de identificar los estereotipos estéticos de los hombres y las mujeres que frecuentemente son mostrados en películas, redes sociales y medios de comunicación. En esta edad se comienza a consolidar la idea de que los hombres y las mujeres “deben” verse de cierta forma para conseguir ser apreciados y aceptados por los demás. Las conversaciones que escuchan por parte de los adultos también pueden contener discursos que refuerzan estos estereotipos estéticos, con lo cual los niños y las niñas refuerzan estas concepciones que pueden resultar perjudiciales para su autoestima y su posterior desarrollo emocional, llegando incluso a ser el inicio de trastornos severos como depresión o desórdenes alimenticios.

¿Cómo fomentar una autopercepción positiva durante la infancia?

Los siguientes puntos son algunas recomendaciones de acciones sencillas que los adultos podemos emplear para fomentar una autopercepción positiva en los niños y niñas que tenemos cerca.

1. Presta atención a la forma en la que te expresas sobre la comida, el ejercicio y la apariencia de otras personas. Las palabras que usamos podrían parecer inofensivas, pero, para un niño o niña en desarrollo pueden dejar una marca muy importante. Procura utilizar expresiones como “sano”, “nutritivo” o “benéfico” cuando hablas sobre comida y ejercicio. La intención de este punto es que los infantes aprendan que ciertos hábitos son mejores que otros porque aportan bienestar y no solo porque favorecerán su apariencia física. Presta atención a los comentarios que haces sobre la apariencia de otras personas cuando haya infantes presentes, ya que, a pesar de que los comentarios no son sobre ellos, los niños y niñas estarán conscientes de los parámetros estéticos con los que juzgas a los demás. Lo más importante, por supuesto, es evitar avergonzar o hacer comentarios negativos sobre la apariencia de los niños y las niñas, aun cuando estos sean en tono de broma. Considera que en esta edad los infantes son altamente sensibles a la crítica de los demás, especialmente cuando se trata de los adultos significativos para ellos.

2. Celebra sus habilidades y desempeño en otras actividades y procura que te escuchen haciendo lo mismo acerca de otras personas. La idea de este punto es que los niños y niñas puedan interiorizar el hecho de que la apariencia física no es lo más importante en los individuos y que otros aspectos como los valores, los talentos y la personalidad son mucho más valiosos. Cuando los infantes te escuchan emitiendo juicios de valor sobre la ropa o la apariencia de otras personas el mensaje que ellos están recibiendo es que para ti esas características son importantes y por lo tanto tratarán de ajustarse a los estándares que están percibiendo en tu discurso.

3. Habla con ellos sobre los mensajes que les llegan a través de redes sociales y medios de comunicación. Es necesario considerar que las niñas y niños están expuestos a muchos mensajes sobre estándares estéticos que observan y escuchan en diferentes medios. Revistas, anuncios de publicidad, películas, televisión, videojuegos y redes sociales son solo algunas de las formas en las que los infantes reciben mensajes acerca de la supuesta forma en la que hombres y mujeres “deberían” lucir para ser exitosos y apreciados. Motívales para que tengan la confianza de contarte sus inquietudes y preguntar sobre las dudas que tengan sobre todos estos mensajes que observan cada día. Ayúdales a distinguir entre lo que es sano y lo que no lo es.

4. Trata de inculcarles la idea de que una persona cómoda con su cuerpo luce mejor. Enséñales a apreciar su apariencia y no les presiones a vestirse de una forma con la que no se sientan cómodos. Hazles saber que no tienen que imitar la apariencia de otras personas para que puedan ser aceptados, demuéstrales que la ropa que usan, los accesorios que poseen y cualquier otro tipo de objeto será siempre secundario y que no incrementará ni disminuirá su valor como persona.

5. Analiza tus propias actitudes y creencias sobre tu apariencia. Los infantes a esta edad son altamente receptivos y están interiorizando las actitudes que observan en las personas cercanas a ellos. Si identificas que tú como adulto posees conflictos internos e insatisfacciones sobre tu apariencia, es muy posible que sin darte cuenta estés transmitiendo estos complejos a tus hijos/as. Ten presente que los padres y madres son el principal ejemplo de los infantes y si ellos escuchan tus inconformidades sobre tu propio cuerpo aprenderán a normalizar el hecho de sentir vergüenza sobre su apariencia.

Los puntos desarrollados anteriormente son únicamente algunas de las estrategias que se pueden emplear para favorecer el desarrollo de un autoconcepto positivo. Considera que el primer paso siempre será comenzar por el ejemplo, los niños y niñas aprenderán a aceptar su apariencia en la medida en que los adultos aceptemos la nuestra y les transmitamos esta seguridad, ya que la autopercepción es un proceso dinámico que inicia durante la infancia y se extiende hasta la vida adulta.

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