Escuchando a el Coronavirus
Como nos afecta psicologicamente
Escuchamos cada día las noticias sobre el coronavirus. Noticias que nos alarman pues nos hablan de un virus que se extiende por el aire a gran velocidad. Las noticias hablan de 100.000 casos en 72 países (RTVE lo publica a 3/03/20); de cancelaciones de eventos como el Mobile, de vuelos de British Airways y Ryanair (publicado en El País a 2/03) o del número de fallecidos, como los seis de Washington (publicado por la CNN a fecha 2/03). Las noticias llevan a la población a pensar:
- Si en China, en la región de Wuhan, se encuentran aislados en sus casas es que es una enfermedad muy grave.
- Por el medio de propagación, por el aire, cualquier persona es susceptible de cogerlo.
- Los casos registrados muestran que se expande a un ritmo descontrolado.
- Las personas que fallecen diariamente hacen de esta una enfermedad incurable y mortal.
Con estas premisas, todos nos encontramos en alarma, así cuando ves a una persona enferma, con síntomas como la tos, entra cierto pánico. Y es que no estamos escuchando bien….
El coronavirus o Covid-19 es un síndrome respiratorio, es decir, una enfermedad que afecta al sistema respiratorio que proviene de los animales -aún por determinar el origen de esta transmisión que se denomina zoonótica-. Los síntomas habituales de esta enfermedad son fiebre, cansancio, tos seca, dificultades respiratorias, los cuales se asemejan a un resfriado normal pero pueden complicarse en problemas respiratorios mayores. Se transmite, más que por el aire, por contacto con gotículas respiratorias -las gotas que desprende alguien que tiene el virus, minúsculas e imperceptibles-. Existen diferentes versiones en las que se desarrolla el virus, en China se mantiene la alerta pues existen muchos casos graves, mientras en otros países sólo se complica si la persona ya tenía problemas de salud previos al contagio del virus (como hipertensión arterial, problemas cardíacos o diabetes). Toda esta información nos la describe el organismo de referencia para las enfermedades a nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) que es aquel que realiza seguimiento y está al día del desarrollo de enfermedades internacionales.
¿Qué es lo que nos está pasando?
Los seres humanos hemos puesto en marcha nuestro instinto de supervivencia mediante una estrategia largamente conocida y descrita, la primera que surge en momentos de estrés, el “fight or flight”. Por un lado, escuchamos las noticias y mantenemos ese nivel de alerta del que hablábamos y a esto se añade una gran preocupación y de ésta, agotamos las mascarillas en las farmacias o nos espantamos si oímos a alguien toser en el ascensor. También hay momentos o personas que no querrán ni oír, ni hablar del tema, lo que sería la estrategia “flight”. Estas dos estrategias son adecuadas para un momento inicial de afrontar un peligro pero vayamos un poco más allá. En estos momentos debemos escuchar dos cosas: a los que conocen del tema -profesionales sanitarios e instituciones sanitarias que trabajan en el ámbito- y, a nuestro propio cuerpo.
Los profesiones e instituciones sanitarias nos dan las siguientes pautas, y volvemos a remitirnos a la OMS:
- Informarse sobre los hechos que ocurren en cada zona geográfica y adoptar precauciones razonables.
- Lavarse las manos a fondo, mantener distancias mínimas en determinados espacios, evitar tocarse ojos, nariz y boca y mantener buena higiene de vías respiratorias.
- Quedarse en casa si uno/a no se encuentra bien y acudir a los profesionales pertinentes.
La escucha de nuestro cuerpo sería la necesaria para combatir esta infección, intentando detectar los síntomas cuanto antes pues aunque aún no existe una vacuna, sí hay medios y recursos para tratar los síntomas -por ejemplo, un antipirético para la fiebre-. A añadir a los consejos anteriores estaría el valorar si estamos desarrollando ciertos síntomas de forma racional -diferenciando por ejemplo una alergia, ahora que entramos en la época, de padecer coronavirus pues esta no se expresa con fiebre-. No somos médicos pero sí sabemos qué nos pasa y cuándo nos encontramos mal como para consultar con los profesionales sanitarios.
El miedo irracional y descontrolado, desarrollado a partir de estos estados de alerta de los que hablábamos, ha generado coronafobia, lo que sería el miedo a padecer el virus. El miedo a padecer una enfermedad, la conocida hipocondría, es una enfermedad que conlleva un elevado sufrimiento pues aunque no se padezca ninguna enfermedad física, se vive con una elevada preocupación a su desarrollo y en ocasiones conlleva aparición de síntomas que no responden a que nada nos ocurra, los que llamamos síntomas psicosomáticos.
Frente al miedo, hay una serie de actuaciones que nos pueden ayudar:
- Leer, escuchar o ver la información justa, ni mantenerse desinformado, ni informado en exceso y sobretodo, atender a fuentes fiables como los que señalábamos antes, profesionales e instituciones sanitarias.
- Evitar hablar continuamente del tema pues por más que hablemos no descubriremos la cura, lo cual sería muy interesante, y sólo añadiremos información de la que nos pueda o no interesar saber.
- No se puede evitar pensar sobre el tema pues está bien tenerlo en mente y conocer lo que está ocurriendo pero si nos vemos sobrepasados, intentemos encontrar maneras de “distraer” la mente.
- Evitar el exceso de precauciones y prevenciones. No se trata de no hacer nada pero sí de no excedernos. Por ejemplo, el uso excesivo de las urgencias sanitarias. Vayamos al médico cuando realmente veamos que se están desarrollando varios síntomas a la vez y que nuestro estado no mejora.
Escuchemos lo que digan los profesionales e instituciones sanitarias y escuchemos y actuemos de una forma comedida sobre nuestro cuerpo pues de lo contrario, el miedo puede tener graves efectos sobre nosotros, produciendo un elevado nivel de malestar.
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