Trauma vicario

En el artículo de hoy nos centraremos en hablar sobre un fenómeno que cada vez más vemos en las consultas: el trauma vicario.

El trauma vicario, también conocido como fatiga por compasión, es un fenómeno en el que las personas experimentan los efectos emocionales y psicológicos de experiencias traumáticas que no han vivido en primera persona, pero a las que han estado expuestas a través de otras personas.

Para entender mejor su significado, profundizaremos un poco más en el concepto de trauma. Según el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, se define como un malestar psicológico intenso o prolongado al exponerse a factores internos o externos que simbolizan o se parecen a algún aspecto del suceso traumático.

Por lo tanto, el trauma vicario es una forma de trauma que experimentan las personas expuestas indirectamente a sucesos traumáticos, como violencia, desastres naturales, abusos o accidentes, a través de sus relaciones personales o profesionales. Esto puede ocurrir al presenciar o escuchar sobre sucesos traumáticos, o en personas que trabajan con supervivientes de traumas, entre otros.

Este tipo de trauma puede tener un impacto significativo en la salud mental y el bienestar, manifestándose en una amplia gama de síntomas como ansiedad, depresión, ira, irritabilidad, hipervigilancia y agotamiento emocional.

La prevención del trauma vicario comienza con el reconocimiento de los síntomas y la adopción de medidas para reducir la exposición a posibles acontecimientos traumáticos. A continuación, te compartimos algunas estrategias para prevenirlo:

• Autocuidado: Practicar el autocuidado es esencial para prevenir el trauma vicario. Esto incluye actividades como el ejercicio, la atención plena, la meditación y la participación en hobbies o actividades que aporten alegría y relajación.

• Límites: Establecer límites claros es importante para prevenir el trauma vicario. Esto incluye limitar la cantidad de exposición a acontecimientos traumáticos, tomar descansos cuando sea necesario y decir “no” a peticiones que puedan ser emocionalmente pesadas.

• Educación: La educación es fundamental para prevenir el trauma vicario. Aprender sobre el trauma, sus efectos y las estrategias para manejarlo puede ayudar a las personas a desarrollar resiliencia y enfrentar los retos de trabajar con supervivientes de traumas.

• Apoyo: Buscar el apoyo de colegas, supervisores o profesionales de la salud mental puede ser beneficioso para prevenir el trauma vicario. Esto puede incluir sesiones informativas, supervisión y asesoramiento.

Si una persona ya ha experimentado este tipo de trauma, la mejor estrategia de recuperación es buscar apoyo profesional. No dudes en contactarnos.